Érase una vez en
valencia, en la época de la guerra de los cien años, existió una jovencita de
diecisiete años de edad, su nombre era Anastasia Analía Monterrosa, era una
joven muy rebelde y desobediente y su madre no la aguantaban, tampoco sus
hermanas Sabina Zenobia y Dulce María, Sabina Su hermana mayor se quejaba mucho
de su comportamiento, Dulce a veces no le importaba lo que ella hiciera, la
dejaba pasar por alto.
Analía, estudiaba en
un convento para señoritas, en donde las directoras eran monjas. De vez en
cuando Analía se escaba de las clases y le gustaba ir a leer libros sola en
pequeño parque que estaba cerca del convento.
Ya hace algunos años Don
Ignacio Monterrosa padre de Analía, Sabina y Dulce, había abandonado a su madre
a Lady Luna ya hace más de diez años atrás uniéndose con otra mujer Lady
Josefina Aroca, su madrastra, Josefina por su parte tenía otra hija, llamada
Irene María, procreada de su antiguo matrimonio.
Don Ignacio y
Josefina, vivían Juntos, junto con Irene; Irene y Dulce no se llevaban bien, se
vivían peleando por cosas tontas.
Don Ignacio de vez en
cuando iba a visitar a Sabina, Analía y Dulce.
Analía como siempre
le fascinaba leer libros, se escaba de las clases para ir a leer a la biblioteca a la Biblioteca del
convento.
Un día, la madre sol
Mariza, la cuidadora de la biblioteca, le dijo a Analía le dio una información
muy mala, que la biblioteca la iban a quitar, que ya no tenían dinero para
seguirla manteniendo al ver esto Analía, se entristeció, y decidió escaparse a
buscar una biblioteca donde ella pudiera tener lectura más avanzada.
Al Día siguiente Analía
decidió escaparse al pueblo, y se escapó del convento por la puerta trasera del
convento sin que nadie la viera, entonces es allí donde conoció a su mejor
amigo, Rafael, desde aquel entonces ellos fueron amigos y casi todos los días,
Analía se escapaba por la puerta trasera sin que nadie la viera, Por su parte
Rafael Arriola, era un joven desordenado, un poco Vagabundo, y era un Gitano,
Analía, le encantaba su forma de ser, así que decidió ir a la plaza de los
Gitanos.
Rafael, por su parte ya sabía que Analía se escaba
del convento he incluso, él le ayudaba a escaparse.
Rafael la llevaba a
la plaza de los Gitanos en donde ella, se sentía libre de hacer lo que ella
quería ser, le encantaba ser Gitana, así que le conto esto a Rafael, y él le
dijo.
Rafael-
Mi querida amiga como pensáis eso, que le vas a decir a vuestro padre.
Analía- No porque lo
mantendremos en secreto, tú y yo, nadie sabrás que me convertí en una gitana y
tú me ayudaras a convertirme en una gitana.
Rafael- Pero Analía
estáis loca como te voy a trasformar, en una gitana completa, si sois una joven
de la alta alcurnia y no merecéis que te hagas esto.
Analía- No es que me
tiene harta el estilo de vida que tengo no tiene mucha emoción ni diversión,
solo es encierro disciplina, convicción y reglas, ya no más, quiero que mi vida
sea como la de los gitanos, libres y más libres que nunca Rafael, quiero ser yo
misma, y no aparentar lo que no soy.
Rafael- Bueno amiga y
te ayudare a hacer como nosotros, con una condición.
Analía.- bueno cual
condición Rafa.
Rafael- a que no me
tienes que inculpar en nada, me entendiste, y tenemos que cambiar tu nombre y
apariencia.
Analía- Bueno eso
será fácil, veré te lo digo en una semana.
A la semana siguiente
Analía le comento Su decisión a Rafael que se iba a llamar Nicol y que iba a
usar una peluca para que no la reconociera nadie, Analía se puso la peluca y
junto a Rafael fueron a la plaza de los Gitanos, donde allí conoció a Candela,
Aarón, Axel, apolo y Leandro, ellos desde entonces fueron amigos, pero no
sabían, que Nicol era en realidad Analía.
Nicol se divertía
mucho con ellos y cuando se llegaba las seis de la tarde Nicol tenía que volver
a su vida aburrida como Analía.
Un año después,
Analía/Nicol se divertía mucho en la plaza de los gitanos era feliz, pero en el
fondo le hacía falta algo para que fuera realmente feliz, un día las directoras
del convento se dieron cuenta que Analía se escapaba del convento y entonces,
una de las estudiantes del convento, le conto a Sol Catalina y a Sol Eugenia,
que Analía se escapaba del convento, al ver esto las directoras del Contento
Sol Catalina y Sol Eugenia fueron a la recamara de Analía y allí comprobaron
que Analía se escapaba del Convento, Una de las monjas se quedó a esperarla en
su habitación, entonces entra Analía la habitación, después de horas de haber
estado en la plaza de los Gitanos entonces encuentra a Sol Catalina En la
habitación, y le dice.
Sol Catalina- ¡En
donde haz estado niña, Sol Eugenia y yo te hemos buscado por todas partes he
incluso tus compañeras te han estado buscando!
Analía- Fui a buscar
una biblioteca Sol Catalina.
Sol Catalina- ¡pero
si tenéis Biblioteca acá en el convento!
Analía- no Sol
Catalina, Sol Mariza me dijo que ya habría biblioteca y no tenía más opción que
ir a la biblioteca del pueblo.
Sol Catalina escolta
a Analía a la Dirección del Convento y allí ambas llegan a la conclusión que
deben expulsar a Analía del convento, Pero Sol Mariza les dice que deben llamar
a los padres de Analía.
Al Día siguiente
envía una carta a los padres de Analía, y a los dos días llegan apresurados.
Don Ignacio y Lady
Luna entran al convento y de repente les aparece Sol Mariza y los conduce a la
Dirección en donde llaman a Analía
Don Ignacio- Buenos
Días para que nos ha citado mi querida Sol Eugenia-
Sol Eugenia- Bueno
mis estimados señores es para comentarles, el terrible comportamiento de su
hija Analía.
Lady Luna- ¿Qué es lo
que sucede Sol Eugenia?
Sol Eugenia- Bueno su
hija a Violado un sin fin de reglas del convento.
Don Ignacio y Lady Luna Sorprendidos de la noticia,
comentan
Don Ignacio- Pero si
mi hija es la mejor portada de este convento como puede ser eso.
Lady Luna- dígame que
es lo que sucedió exactamente Sol Eugenia. Con una mirada de asombro.
Sol Eugenia les
comentan lo sucedido y les dice que ellas ya habían decidió que hacer con ella
pero Sol Mariza les dijo que mejor los citaron a ellos para que opinar que
hacer con ella, entonces Deciden Que le iban a dar una oportunidad las monjas
de que ella siguiera en el convento, pero que la vigilaran, constantemente, por
si se escapaba de nuevo.
Analía intrigada por
esa noticia, y a la vez dudando si ella podría ir de nuevo a la plaza de los
gitanos a ver a sus amigos y volver a hacer libre como antes.
Analía le comenta
esto a Rafael, pero el siempre sigue ingeniando planes para que ella se
escapara, para que ellos fueran a la plaza de los gitanos.
Pasaron los meses y
ella siempre se siguió escapando del convento, claro con la ayuda de Rafael.
Un día Analía se escapó del convento, pero no se percató que Sol Mariza
la está siguiendo, Sol Mariza Vio que Analía sé disfrazaba de una gitana y un
joven la guiaba a la plaza de los gitanos entonces Sol Mariza, fue corriendo a
Decirles que siguió a Analía y que ella se disfrazaba como gitana y que un
joven vagabundo la estaba guiando a la plaza de los gitanos.
Al final del día, Sol Mariza escolta a Analía a la dirección y allí le
imponen un castigo.
Pero ella siempre se sigue escapando.
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